viernes, 7 de mayo de 2010

San Xavier de Chiquitos (Bolivia), conservación ejemplar



Fotografías de Daniela Bustamante Moraga

Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, están ubicadas al noreste de Bolivia, a poco más de 200 Km. de la ciudad de Santa Cruz.

Edificadas entre 1691 y 1760, éstas Misiones han podido perdurar por más de tres siglos.

Durante la Colonia, estos pueblos misionales estaban vetados a los españoles. En ellos los indígenas aprendían a cultivar la tierra y a realizar diversos trabajos artesanales, como la confección de instrumentos musicales. Con fines religiosos eran además introducidos en el mundo de la pintura, la escultura, la música y el baile.










Hoy todavía se conservan el trazado urbano y las magnífica iglesia de San Xavier.

"De la plaza salgan cuatro calles principales una por medio de cada costado de la plaza y dos calles por cada esquina”, estipulaban las disposiciones de Felipe II en 1573.

En la construcción de iglesias, patios y habitaciones de las misiones chiquitanas se guardó cierta uniformidad en tamaños y proporciones. Pero a partir de estas normas rígidas se edificaron construcciones de una gran variedad estilística.







El gran interés artístico y el profundo significado cultural de la arquitectura chiquitana hicieron que la UNESCO declarara en 1991 Patrimonio de la Humanidad a los pueblos de San Xavier, Concepción, San Miguel, San Rafael, Santa Ana y San José de Chiquitos.

San Xavier fue la primera reducción fundada por los Jesuitas en 1691. Sus calles flanqueadas por casas de adobe con galerías tienen un indesmentible parentesco con las de nuestros pueblos del Valle Central. Eso sí, hay una diferencia, y de peso: este pueblo, como los otros de la Chiquitanía, están ejemplarmente conservados.

Este pueblo fue sede en su tiempo de una escuela de música y de un taller para la fabricación de instrumentos musicales. Hoy en día es un pueblo agrícola y ganadero.

Sus calles de tierra y tradicionales casonas, con paredes de adobe decoradas con motivos misionales de sombreadas galerías con horcones de madera, empiezan a ser cuidadosamente pavimentadas con elementos que armonizan con las construcciones. En el futuro se piensa instalar en estas calles farolas más acordes con el carácter de la arquitectura del pueblo, como así soterrar el cablerío.










El sacerdote suizo Martin Schmid fue el arquitecto creador del estilo de las iglesias misionales chiquitanas, que es un estilo definido como barroco mestizo.
Junto que al hasta ahora no identificado arquitecto de las iglesias de San Miguel y San Ignacio perfeccionaron este sistema en sus detalles constructivos y en su expresión artística. La obra cúlmine de la arquitectura barroca chiquitana, la iglesia de San Ignacio de Velasco, fue destruida por un incendio en 1948.

Los métodos de este ancestral modo de construcción se usan aún hoy en la Chiquitanía para edificar viviendas: primero se levanta el tejado, porque durante la construcción, las paredes de adobe necesitan ser protegidas contra las torrenciales lluvias características de la región.



Las columnas talladas en espiral de la Iglesia de San Xavier que han perdurado durante varios siglos muestran en su ejecución una exactitud extraordinaria: el ángulo de paso de las estrías es siempre el mismo, y la disminución del grosor hacia arriba es un eco de la arquitectura clásica.





El Padre José Cardiel (1704-1781), describe el proceso de la construcción: «Todos estos edificios se hacen de diverso modo que en Europa: porque primero se hace el tejado, y después las paredes. Clávense en la tierra grandes troncos de madera, labrados a azuela. Encima de ellos se ponen tirantes y soleras; y encima de éstas las tijeras y llaves, latas y tejado; y después se ponen los cimientos de piedra, y 2 o 3 palmos hasta encima de la tierra, y de ahí arriba a la pared de adobes, quedando los troncos o pilares, que aquí llaman horcones, en el centro de la pared, cargando todo el tejado sobre ellos, y nada sobre la pared. (...) Hácense en las naves de en-medio y en donde ha de ser la pared, unos hoyos de 9 pies de profundo (...) y con máquinas de arquitectura, meten dentro los horcones labrados ya en forma de columna. (...) Los 9 pies que quedan dentro (la tierra) están sin labrar, y aún con parte de las raíces del árbol, para mayor fortaleza, y se quema esta parte para que más resista a la humedad.» (Cardiel 1953)


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1 comentario:

  1. hay muchas fotos que no son de San Javier, son de Concepcion que tambien pertenece a la chiquitania

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